De Ruta Por
Canarias
Emisión programa de radio: 05.02.13
a las 10:30-11:00 con Alicia Castellano
En Radio Moya 107.1 y 89.0 (costa de Moya)
En Radio Moya 107.1 y 89.0 (costa de Moya)
Los Carnavales no han sido siempre
de la manera en que los conoces hoy: juerga, mogollones y música salsa. En
Canarias tenemos una larga tradición carnavalera con un montón de costumbres
etnográficas conformada por el caracter de los pueblos. Aquí te presentamos un
pequeño resumen de algunas de estas tradiciones, esperando que al estar en tu
memoria, no se pierdan.
Un poco de historia
El Carnaval es una de las fiestas
más populares de Canarias, pero también es una de las de origen más complejo y
discutido. Se cree que datan del siglo IX, de las fiestas romanas: Saturnalia,
Lupercalia y Matronalia.
Los carnavales comienzan después de dos fechas estrechamente
relacionadas con la purificación: San Antonio Abad, el 17 de enero, y la Virgen
de la Candelaria, el 2 de febrero. El período de carnaval suele asociarse a los
días que anteceden a la Cuaresma, pero las fechas de comienzo y finalización
son variables, según los municipios, y no siempre acaba los miércoles de
ceniza, ya que en muchas ocasiones se prolonga algo más. Las fiestas de
invierno simbolizan siempre la muerte de la sociedad y su resurrección. El frío
y la oscuridad se ritualiza en Canarias con determinados símbolos que permiten
la trastocación de jerarquías y valores sociales: se provocan ruidos producidos
con cacharros, latas y tablas, se quema al Judas y aparece la máscara. Con todo
ello se intenta expulsar las tinieblas y las situaciones marginales.
Las Islas
El Hierro
Lanzarote
En Teguise (Lanzarote) son típicos
"los diabletes",
simbolizando al macho cabrío con sus cuernos y larga lengua roja. En el siglo
XVII salían acompañando a la procesión del Corpus Christi, hasta que fueron
prohibidos por la Iglesia. Salen ataviados con traje de color blanco pintado
con líneas oblicuas y lunares rojos y negros. Llevan una máscara que semeja la
cara de un toro; se adornan el torso con collares de esquilas rematadas con
cascabeles y en la mano llevan un látigo con una bolsa de cuero rellena de
papel, con el que golpean a todos los que salen a su paso.
En Arrecife, también Lanzarote, son
típicos "los buches",
aportación marinera al carnaval. Se trata de una cuadrilla compuesta por
músicos que interpretan antiguas canciones marineras y los portadores de buches
(vejigas de grandes peces curtidas e infladas), con los que golpean a la gente.
Todos visten con montera de embozar, camisa y calzoncillos blancos, chaleco y
polainas de color negro y ceñidor a la cintura de diferentes colores. Como
elementos carnavaleros muestran la moña de cintas que cuelga de la montera, las
caretas de tela metálica pintadas, los pañuelos que cubren la cabeza bajo la
montera y los hombros, las vejigas de pescado y los guantes blancos para
ocultar las manos.
La Palma
Tenerife
En cuanto al "entierro de
la sardina", antes de asumir la sardina el protagonismo del
entierro, se utilizaba un machango en Los Realejos o La Orotava (el "Rascallú") y en Garachico (el
"Sansusino"),
confeccionado con trapos y paseado en procesión. Este machango es conducido a
la plaza donde se quema y destroza. La gente corre con pedazos del muñeco
alentando el bullicio y la escandalera.
Gran Canaria
Según Domingo J. Navarro, a finales del siglo
pasado, en Las Palmas de Gran Canaria, el jolgorio popular finalizaba a las
doce de la noche. Los muchachos solían coger un tronco de platanera o "rolo" que atravesaban con dos
palos por la parte inferior y superior para utilizarlos como asideros. Se abría
un hueco en el centro como si fuera el corazón, y allí se le ponía una vela
encendida. En la cabeza le colocaban un sombrero. Con un balde de agua y una
escoba se iba rociando todo lo que encontraba. Después de distintas ceremonias
se le enterraba o se le echaba al barranco. En Agüimes y Agaete ha pervivido en
forma similar un muñeco de estas características, o incluso alguien que se
ofrece a serlo.