Dentro de los rasgos culturales más importantes, estaba el culto a los muertos y el uso de la momificación para facilitar el tránsito a la inmortalidad. En el arte, destacar la Cueva Pintada de Gáldar, considerada la Capilla Sixtina del arte indígena canario, junto con las espirales palmeras y herreñas.
El mundo funerario
El aspecto más significativo del estudio del mundo funerario aborigen es que
la muerte no constituye un fin en sí misma, sino parte del proceso de la vida.
Esto se debe a que cuando alguno de los intrigantes de la sociedad fallecía, el
vínculo con la comunidad no se rompía, sino que se transformaba esa unión,
materializándose en la práctica sepulcral que se lleva a cabo en el seno de la
sociedad. Los muertos seguían siendo miembros imprescindibles del grupo,
uniéndose ahora también con los antepasados dando un nuevo sentido a la realidad
cultural.
Los antepasados constituyen una parte esencial en la configuración cotidiana
de estas poblaciones. Se integran en su vida diaria y participan en la
perpetuación del espacio vital. Esto es lógico ya que los comportamientos
funerarios reproducen la estructura social.
Los espacios funerarios terminan definiéndose en autenticas necrópolis
estrechamente vinculadas al hábitat, localizándose en áreas muy próximas o
mediante la plena integración física de los espacios domésticos y funerarios.
Las necrópolis más importantes se localizan en las islas con mayor población, es
decir, Tenerife y Gran Canaria. Los espacios dedicados a un único individuo son
excepcionales en las islas ya que se intenta perpetuar los lazos familiares en
los espacios funerarios también .Es por ello , que las prácticas funerarias son
claros elementos de alianza social , teniendo como finalidad la reproducción
básica del grupo y su continuidad también en la muerte.
Los espacios colectivos se materializan en torno a soportes, siendo los más
habituales las cuevas. Están vinculadas a un espacio doméstico y tenían que
estar habilitadas para recibir continuas oleadas de individuos. Gran Canaria fue
la única isla en la que también se utilizaron cuevas artificiales y túmulos,
teniendo ambos el mismo ideal de continuidad y vinculación.
Las momias
La momificación es uno de los aspectos más notables de la prehistoria de
Canarias. Aunque se dijo que se llevaba a cabo en todas las islas, la realidad
es que sólo se han encontrado, hasta la actualidad, evidencias en Gran Canaria y
Tenerife. Ésta práctica a su vez, no era realizada a todos los individuos de la
sociedad, sino a los de la clase más alta, es decir, la nobleza.
La técnica utilizada en Canarias es el Mirlado, que consiste en la
preparación de los cadáveres introduciendo sustancias balsámicas o
desinfectantes en sus cavidades para preservarlos de la putrefacción. Se
practicó también la evisceración, extracción de los órganos, principales
artífices de la mencionada degradación corporal.
No se conoce totalmente el proceso de momificación, pero a través de las
investigaciones arqueológicas, se ha podido saber que los cadáveres eran
envueltos en fardos funerarios de juncos o de pieles. Éstas últimas actuarían
como distintivo social por la posesión del ganado con las que se les
relacionaría.
Las momias aparecerían, como el resto de los cadáveres, en cuevas,
diferenciándose de éstos por la práctica del mirlado
.
Manifestaciones rupestres
La manifestaciones se documentan en todas en las islas, si bien cada tiene
una personalidad propia. Tan sólo Lanzarote y Fuerteventura muestran elementos
comunes entre sí , tanto en los motivos representados como en el patrón de
localización territorial de las grafías. Por el momento, La Palma es la isla en
la que se han documentado más cantidad de estaciones rupestres, aunque siguen
apareciendo nuevos enclaves en todas las islas.
La mayoría de manifestaciones rupestres canarias están integradas por
grabados ya que las pinturas, en un número muy inferior, quedan circunscritas de
momento en Gran Canaria.
Pinturas rupestres
Se presentan en un número de manifestaciones muy dispar y que no permiten el
planteamiento de unos valores semejantes en todos los casos a la hora de abordar
su consideración como expresión cultural. Entre los ejemplos de pinturas
rupestres nos podemos encontrar conjuntos complejos como el de la Cueva Pintada.
En la mayoría de los casos, se encuentran en las cavidades que se localizan
plenamente integradas en contextos domésticos identificándose, por lo general,
las pinturas con cuevas artificiales.
Los colores empleados son el rojo (procedente del almagre), el blanco
(obtenido del caliche) y el negro que seria el soporte de la cueva, utilizándose
agua como único aglutinante. En muchas de las cavidades, localizadas en espacios
domésticos, encontramos aplicaciones de color en las paredes. En cuanto a las
representaciones en sí, el motivo más comúnmente utilizado es el triángulo.
Grabados rupestres
Entre lo grabados nos encontramos motivos figurativos, geométricos y
alfabéticos, todos ellos con gran representación, aunque desigual, en cada una
de las islas.
Los motivos antropomórficos derivan desde las representaciones con un mayor
grado de naturalismo, hasta las esquemáticas en las que las representaciones
humanas están realizadas a través de elementos geométricos. En cuanto a los
grabados zoomórficos, son más comunes en la isla de Gran Canaria. El grado de
esquematismo varía dependiendo del dibujo aunque siempre tienen una perspectiva
cenital. Por último se encuentran los podomorfos, cuya representación es muy
recurrente en muchas culturas del mundo.
Los motivos geométricos son variados. Se encuentran desde líneas simples a
motivos de mayor complejidad como círculos, espirales… etc, además de los
elementos ramiformes. Los grabados más complicados son los encontrados en la
isla de La Palma sin comparación con otras islas. Los motivos son los mismos,
aunque con mucha más variedad. El grado de complicación en sus formas ha
permitido clasificarlos de una manera en donde los más antiguos son los más
complejos, mientras que los más esquemáticos son los más recientes.
Valorándose la situación espacial de los grabados rupestres se observa una
relación entre éstos y los elementos que conforman las comunidades locales. Son
una parte significativa del entramado de relaciones sociales destinadas a dar
continuidad a modos de vida del grupo, propiciando la identificación del mismo
con su entorno inmediato. Por esta razón, es probable que los grabados actuasen
como un elemento más en la definición social. Ello no significa que los grabados
estén desprovistos de contenido simbólico, mágico o religioso, al contrario,
dichas cualidades constituyen elementos culturales de los que el grupo se dota
para subsistir y para reconocerse en un territorio socializado que puede o no
ser compartido con otras comunidades.
Manifestaciones escrituarias
Son conocidas en todas las islas y puede que los ejemplos más conocidos
constituyan tan solo retazos de una manifestación cultural mucho más compleja.
Existe un número variable de yacimientos en cada una de las islas. Las que
tienen mayores inscripciones, están asociados a otras manifestaciones formando
parte de las mismas composiciones.
Los signos representados se enmarcan dentro de la grafía norteafricana
líbico-bereber. En las islas predominan las inscripciones alfabéticas
desarrolladas en líneas verticales. En la mayor parte de los casos, se
identifican con textos cortos. Su transliteración puede llegar a ser posible
aunque esto sólo nos proporcionaría una sucesión de sonidos y fonemas de difícil
valoración si no se conoce la lengua en la que se emplean.